La mediación mercantil. Una solución a los conflictos en las empresas
Y ustedes se preguntarán ¿por qué contratar a un equipo de mediación?, pues bien, la respuesta es clara, porque mientras tanto están perdiendo dinero.
Analicemos en primer lugar qué tipo de conflictos se suelen presentar en las empresas. Digamos que los más habituales son los que denominamos “estructurales”, que son aquellos inherentes a cualquier organización, sea cual sea su forma jurídica. Por otra parte tenemos los "culturales", que resultan inherentes a las convicciones ético-morales y de identidad del individuo (más difíciles de diagnosticar).
En cuanto a los estructurales, la tipología de estos conflictos suelen venir determinada por las siguientes situaciones: puede manifestarse a través deficiencias en el espacio físico del lugar de trabajo (poca luz, cambio de mesa por parte de los compañeros, sillas incómodas, barreras arquitectónicas que limitan la comunicación y el contacto), de la estructura jerárquica (desconocimiento o inexistencia del organigrama, o de los mecanismos de promoción profesional), de los salarios percibidos como insuficientes, de un liderazgo ineficaz (la deficiente asignación de funciones o tareas profesionales o duplicidad de las mismas).
De los culturales, al principio imperceptibles y que surgen de la propia identidad de la persona. Éstos se fusionan con los equipos u organización, y producen desacuerdos fundamentales en la política organizacional, y que aunque inicialmente no se manifiestan, se presentan en forma de rumor, críticas a compañeros, actitudes machistas, patriarcales o racistas, discriminación por cualquier razón, etc.
Pero lo inquietante de lo anteriormente descrito, es que la fusión entre el conflicto cultural y estructural, causa lo que denominamos situaciones de violencia directa.
Ante esta situación deberíamos preguntarnos, a modo de ejemplo, ¿ha habido en la empresa un aumento de bajas por trastornos de ansiedad y/o depresión?, ¿tenemos algún departamento en el que observamos que el gasto de material fungible ha aumentado considerablemente?, ¿en alguna sección la maquinaria sufre últimamente desperfectos por un mal uso?, ¿alguna discusión verbal entre compañeros?, ¿algún rumor que ha afectado a los trabajadores?, ¿ha detectado absentismo laboral entre sus trabajadores o compañeros?, ¿alguien del equipo ha disminuido su rendimiento laboral?. Si hemos contestado que sí a alguna cuestión, normalmente tenemos un indicador claro de la existencia de un conflicto en un equipo o grupo de trabajo. Y no lo dude, siempre se traducen en un aumento de los costes en la empresa.
Todas estas situaciones deben encender la señal de alarma en una organización, y una dirección activa deberá buscar la neutralización del conflicto. Para desactivarlo podrá contar con la mediación mercantil, una herramienta de gestión ágil y eficaz en estas situaciones. Por otro lado, la ineficaz o nula gestión del conflicto nos hará perder dinero.